A pesar de que su
nombre parece estar ligado a los eventos institucionales del
distrito, el Primer festival Roma al Parque se aleja bastante de los
mismos. Nació como iniciativa para mostrar los talentos y
habilidades deportivas y artísticas de los habitantes de un sector
en un lugar que nos compete a todos, nuestros espacios públicos
comunitarios: los parques.
Después de varias
reuniones entre la Creactiva (colectivo de arquitectura, diseño y
acción popular), 9-10 RSR (colectivo de skate y resistencia), y
varios habitantes del sector, interesados en mostrar al barrio que
los jóvenes y sus aptitudes van más allá de lo que la
estigmatización y la ignorancia dictan, se decidió realizar un
evento conjunto que incluyera una muestra de arte mural callejero,
skateboarding, grupos musicales y culturales del sector y aglutinar
todo con una actividad de cocina comunitaria muy típica para los
colombianos: un sancocho.
A las cuatro
actividades iniciales, se fueron sumando otras de grupos del sector
que querían hacer parte de la iniciativa, como es el caso de Roma
Pitbull, que quería mostrar la parte positiva y visionaria del
entrenamiento deportivo de perros; o la adherencia del grupo de clown
Elektriclown a la programación del día. Se convidaron
también personas del sector interesadas en colaborar como
animadores, cocineros, comunicadores y actividades varias.
Con el comité
organizador dividido en sub-comités (divulgación, graffiti, cocina,
skateboarding, grupos culturales, teatro y gestión) se hicieron
necesarios alrededor de mes y medio para la planeación del evento.
Fue necesario diseñar y construir los equipamientos para la
realización del campeonato de skateboarding, como fue el caso de un
funbox, desarrollado entre personal de La Creactiva y la comunidad
skate del sector. Así mismo se hizo necesaria la consecución de
insumos para el sancocho, que fueron donadas por los negocios locales
y algunos colaboradores ocasionales de Corabastos; la consecución
del sonido, provisto por colaboradores del barrio La Unidad y la
Junta de Acción Comunal del barrio Villa de los Sauces, en cabeza
del señor Héctor; los respectivos permisos, el acompañamiento de
la Policía Nacional y aspectos menores como implementos de cocina y
andamios, que corrieron por cuenta de La Creactiva.
Ya entradas las 3 de
la mañana del día del evento (17 de Marzo de 2012), el comité de
la comida estaba completando los ingredientes para el sancocho en
Corabastos. A las 6 de la mañana los integrantes del comité de
skateboarding estaban dando los retoques finales al funbox y montando
lo necesario para el campeonato. A las 8 de la mañana comenzaban a
llegar los primeros participantes del toneo de skate. Mientras tanto,
en Villa de los Sauces, se preparaba todo para el cacao y el
posterior sancocho: ollas, ingredientes y el personal de apoyo,
perteneciente a la comunidad colaboradora del sector, se dieron a la
labor de transportar madera, picar, pelar y proveer al cocinero de
lo necesario.
El evento, a
realizarse en dos escenarios distintos pero vecinos, se planeó de
forma tal que, al terminar la actividad skate en el barrio La Unidad,
se pasaría al parque del salón comunal del barrio Villa de los
Sauces para recibir la premiación y el merecido almuerzo, para dar
comienzo luego a las actividades culturales. Todo con el fin de
reivindicar el uso positivo de espacios públicos por poblaciones de
jóvenes y adolescentes, antes señalados por su supuesta relación
con vandalismo y consumo de drogas.
A las 9 de la mañana,
todo, en una de las rutas de acceso al sector, era ruido de ruedas de
decenas de tablas de skate que ingresaban al barrio con ganas de
concursar o presenciar a los participantes de un evento sin
precedentes que daría alegrías y gozo a los cerca de doscientos
asistentes. Los mismos que hasta las 2 de la tarde hicieron parte de
una mañana de sol, unión y deporte extremo. En las categorías de
novatos y abierta, se premiaron a los tres mejores de cada una con
estímulos donados por marcas y tiendas del ramo.
Mientras tanto, en los
muros del salón cumunal de “Villa” se desarrollaban los trazos
en aerosol y vinilo de importantes artistas del graffiti como Ospen,
Dexs, Skida, Skore, Apec, Arco, los locales CAF Crew, los invitados
vecinos del Bosa Boys Crew y la aerografía caricaturesca de Nelson.
Se ultimaban detalles del almuerzo comunitario, se montaba el pequeño
stand de artículos de diseño, decoración en porcelanicrón y
camisetas aerografiadas, se elaboraban las pruebas para la
exhibición-competencia de perros pitbull y se adecuaba una alameda
como tarima improvisada, se ajustaba el sonido y se preparaba todo
para la llegada de los invitados.
Gracias a la
convocatoria por redes sociales, el voz a voz, los afiches (diseñados
y distribuidos por jóvenes de los comités) y la curiosidad del “qué
está pasando ahí”, el parque de uno de los rincones de Villa de
los Sauces comenzó a contar con la presencia de vecinos y visitantes
dispuestos a disfrutar de un sancocho al aire libre.
Ya después de
almorzar, el primer show estuvo a cargo de los perros de Roma Pitbull
(alrededor de 10 canes), arrastrando carros con peso, saltando y
tratando de prenderse de un neumático que se izaba sobre un muro de
cuatro metros de altura. Gracias a la lluvia, y dentro del salón
comunal, se realizaron las presentaciones instrumentales a dos
guitarras del grupo de rock Neverland y el cantante de RAP
Aryes, que con sus líricas sociales y buenos beats puso a
reflexionar y agitar su mano y cabeza a más de uno.
La entrada de la noche
fue acompañada por el grupo de teatro Terpsicore, que con su puesta
en escena sobre el rechazo a la violación, mantuvo intacta, por casi
una hora, la atención de los asistentes, que gracias al perifoneo y
los recorridos de la “techochiva” se enteraron de que en su
barrio se estaba realizando algo nuevo, un festival.
Para el cierre se dejó
al grupo de circo y humor Elektriclown, quienes con su show de
malabares, interacción con el público, actos con fuego y singular
apropiación del espacio como tarima efímera, dieron un espectáculo
sin precedentes en el sector, que no pudo ser amilanado por la lluvia
ni el frío ni la hora, así que a las 9:40 de la noche, se dio la
conclusión total del evento: un completo éxito.
No fue la primera ni
la última vez que el sector recibe un evento público, pero sí se
puede decir que en esta ocasión, fue la comunidad organizada, el
compromiso, la interculturalidad y las ganas de luchar por una mejor
calidad de vida en el territorio, los protagonistas y gestores de una
actividad difícil de olvidar para quienes lo vivieron, el primer
festival Roma al Parque.
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